Este verano, las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por COVID-19 reducirán el impacto de las vacaciones en el medio ambiente mundial. Las medidas preventivas y preventivas formuladas por el Ministerio de Sanidad y / o la comunidad autónoma restringirán la circulación de turistas y restringirán algunas actividades de ocio veraniegas, como parques de atracciones o festivales de música.
Además, las autoridades sanitarias recomiendan evitar los viajes en avión y acudir a centros turísticos con gran afluencia de gente. En comparación con años anteriores, ambos escenarios significan que las emisiones de gases de efecto invernadero que conducen al cambio climático se reducirán en los últimos meses.
Aunque este verano la sociedad reducirá parte de la huella de carbono al no viajar en avión, podemos evitar las emisiones relacionadas con nuestras actividades diarias, como cambiando el uso de combustibles fósiles por energía renovable.
La Huella hídrica en verano
Con la llegada de la estación más calurosa del año, el riego del turismo, parques, jardines o cultivos, especialmente piscinas, conlleva un aumento del gasto en recursos hídricos. Según datos de Suez España, grupo líder a nivel nacional en el ámbito de la gestión del agua, el consumo de agua urbana en verano ha aumentado entre un 30% y un 40%.
Si queremos sobrevivir a algunos de los efectos del cambio climático, como la sequía y la escasez de agua, y si queremos hacer frente a la demanda de agua urbana que se espera que aumente en un 55% en el próximo 2050, debemos controlar esta tendencia.
Este año, debido al cambio climático, nos enfrentamos al riesgo de olas de calor, y las piscinas se convertirán en la mejor arma para hacer frente al aumento de las temperaturas.
Debido a las condiciones climáticas actuales, la escasez de agua y las continuas sequías en el sector agrícola, muchos ecologistas creen que las piscinas son un lujo innecesario que nuestro planeta no puede permitirse.
Aun así, si una gran parte de la sociedad sigue utilizándolos, lo más importante es que su mantenimiento pueda tener el menor impacto sobre el medio ambiente.
Hay acciones y sugerencias que pueden ayudar a reducir significativamente el consumo de agua y energía de las piscinas y hacerlas más amigables con el medio ambiente.
¿Cómo conseguir que una piscina sea más sostenible?
1. Buscando y detectando fugas de agua
El primer paso es verificar si hay fugas o fugas en la piscina. En ocasiones, debido al uso de materiales aislantes inferiores o cambios en las condiciones del suelo, pueden aparecer pequeñas salidas de agua a fin de año, desperdiciando miles de litros de agua.
Los expertos de la industria recomiendan el uso de sistemas de impermeabilización de tableros reforzados para reducir el riesgo de fugas.
2.Utilizar un cobertor térmico
Si bien parece que la cubierta es solo una herramienta para evitar que la suciedad entre a la piscina desde el exterior, una de sus principales funciones es reducir las pérdidas provocadas por la evaporación del agua.
Además, debido al uso de pantallas térmicas, el acondicionador de aire puede ahorrar hasta un 20% de energía y puede usar el agua que usamos para llenar el acondicionador de aire por un período de tiempo más largo.
3.Ilumina tu piscina con luces LED
Sustituir el sistema de iluminación de la piscina por bombillas LED es una operación sencilla con una mínima inversión, pero nos puede ahorrar más del 70% del consumo energético.
4. Reutiliza el agua: Sé circular
No tirar el agua de la piscina al final del verano y guardarla durante el próximo año significa un ahorro de agua significativo y una reducción del riesgo de contaminación marina.
Además, al conservar agua para el verano siguiente, podemos evitar problemas estructurales, como la construcción de un circuito de salida de agua segura para la comunidad. Al reutilizar el agua durante todo el año, también hemos facilitado el lanzamiento de la piscina.
Para que nuestra piscina sea más sostenible, también podemos hacer que nuestro sistema de filtración sea más circular. Si usamos filtros hechos de vidrio reciclado en lugar de filtros tradicionales, podemos ahorrar hasta un 25% de agua y no tendremos que actualizarlos en el futuro.
6. Desinfecta el agua de tu piscina con soluciones naturales
La mayoría de las piscinas utilizan cloro para la desinfección. Aun así, este compuesto es muy dañino para los organismos que viven en el agua y el suelo. Al final de cada verano, cientos de familias o centros de ocio vierten el agua de la piscina al alcantarillado.
Unas horas después, el cloro llega a los océanos de todo el mundo, poniendo en peligro la flora y fauna marina que los habita, e indirectamente poniendo en peligro la salud de los océanos (uno de los mayores sumideros de carbono del planeta).
Los sistemas de desinfección que utilizan cloración o hidrólisis de salmuera son más sostenibles
Por esta razón, es importante abandonar el uso de cloro para la desinfección y cambiar a soluciones más sostenibles como la cloración de salmuera, la hidrólisis y la desinfección por rayos UV. Con estos sistemas, se puede obtener agua más saludable y ahorrar hasta un 50% en agua de reemplazo.